lunes, noviembre 28

Impacto de las Tecnologías con Don Cuchillas

Quizás en el profesor que más pienso cuando pago la matrícula a principios de año. En la foto parece que estuviese haciendo un casting para sustituir al Mocho de Sábados Felices, se ríe, no mira al objetivo, pienso que le tomaron esa foto mientras ejercía el método de corrección de exámenes que explicaré a continuación.
En un año su gran aportación académica se resume a un ciclo de 4 conferencias seguidas de 2 horas de debate, un debate pasional, enardecido, totalmente argumentado y responsable. Es de esas clases a las que uno va corriendo, para alcanzar a firmar la hoja de presencia segundos antes de que cierren el recinto, tranquilo puedes correr tendrás 4 horas de plácida siesta. El que normalmente vuelve a estas clases, es aquel masoquista que prefiere la incomodidad de la silla para motosear, o aquel perverso ñoño que mama hasta al profesor con la preguntadera.
Asistí a una sola de las conferencias-debate, y por más que viviese a 5 minutos de la universidad, hay momentos en que la pereza se vuelve un comportamiento inteligente, más aún cuando la mediocridad de la clase le recuerda a uno el tamaño de la úlcera de la matrícula.
Pasemos a los hechos, en la primera conferencia con la cual el profe quería de mostrarnos la eficiencia de las tecnologías en la vida administrativa francesa, el invitado era un abuelito, alcalde de un pueblo tan perdido que parecía inventado para la ocasión. El gran logro del “abue” era haber puesto Internet en la oficina de su pueblo, y tener una impresora para imprimir los documentos administrativos. Un genio revolucionario así lo presentó el “ticher” ante la mirada inapelable de 100 alumnos. El panorama era absolutamente desolador y más aun si tenemos en cuenta que el francés no es mamador de gallo en esas ocasiones. Sin embargo, algunos eruditos de la siesta dormían plácidamente, y es que nada mejor que un aguelito contando viejas epopeyas tecnológicas para mesearlo a uno. La labor del profesor era despertar a los dormilones, bonita tarea del que fuera el rector de la universidad un año atrás.
El debate acabado, fui uno de los pocos valientes que aceptó el reto de asistir a la parte debates. Cuando uno se tira la siesta mejor tirársela por una buena razón…
Normalmente debíamos ser más de 300 alumnos motivados y llenos de preguntas sobre la tecnología en aquella aldea perdida. La universidad en un generoso esfuerzo había contratado a un ayudante para el profesor…querían dividir a los 300 en dos grupos, por Dios! Éramos solo 46 y cuando uno cuenta los asistentes es porque de verdad no tiene uno nada que hacer. El ayudante era un tímido desempleado que pasaba de casualidad por la universidad y al que le habían dado unas cuantas fotocopias. El profesor comenzó con una ametralladora de preguntas obvias “Que efecto tiene Internet en el pueblo?” Qué documentos se podían imprimir en la alcaldía?”, pero son de esas preguntas con las cuales nuestro ñoño de turno se deleitaba. Yo ni abrí el computador para chatear un poquito pues iba a durar más la prendida del PC que la clase. Viendo que frente a él había un mosaico de caras largas, se puso agresivo y amenazó con “rompernos a palo” si no éramos más activos y si dormíamos durante la conferencia. En fin la vieja cantaleta de profesor que no ha preparado la clase y que le hecha la culpa a los alumnos, todo esto duró 10 minutos al final de los cuales dio por terminada una clase que debería durar 2 horas. Menos mal no le pagan a la hora a este tipo. Cuando al profesor le importa cinco como puede motivarse uno….

En fin vino la evaluación, y nos vinimos a enterar casi todos del trabajo a entregar por los ñoños que fueron a las otras tres conferencias y a los cuales nuestro malvado y astuto profesor les había dado las pistas del éxito. “Pero no se lo digan a los otros?”, como decía Kilo en el Chavo del Ocho. En fin había que escribir un artículo sobre un impacto de una tecnología en una industria dada. Dos posibilidades se habrían a nosotros, coger la de un alumno del año anterior y entregar, o buscar en Internet algún artículo en la página 233 de la búsqueda de google. La posibilidad de hacer un trabajo personal no se me pasó por la cabeza.
Quise ser yo un artista, quise hacer “un collage” a lo Picasso de varios artículos, lo hice en 10 minutos, al menos leí lo que había impreso, le dí una forma. La mayoría entregaría artículos sin el nombre del autor, o los mismos trabajos del año pasado con nombre diferente: era apenas lógico, quién en el mundo va a leer 360 trabajos? Y sobretodo ese profesor iba a ser tan responsable de ponerse a verificar uno a uno los trabajos de todo el mundo. No por Dios! Su táctica es algo más chistosa, con lo cual tapa su decadente moral académica. Coge 4 trabajos al azar, entre los cuales Oh Dios! Se encontraba el mío. Además de un colombiano había cuatro árabes, las presas perfectas para ponerles el San Benito y pasearlos por los pasillos como los tramposos amorales. Comprendí entonces la labor del ayudante cuando me citaron a donde el director por atentar contra la propiedad intelectual y otros cargos. Menos mal la Corte Penal Internacional estaba ocupada con los casos de Milosevicth, que en Guantánamo no hay más campo y que en Francia afortunadamente no hay más pena de muerte. Todos los 4 habíamos hecho como casi todos, solo que nuestro error fue el haber sacado el trabajo de varios artículos lo cual no le daba armonía al trabajo, podíamos ser tramposos como los otros pero no herir el orgullo del profesor siendo verdaderos artistas. El profesor sin duda nos iba a hacer creer que se sabía la prensa mundial sobre el tema durante los últimos 50 años, y que por su profesionalidad, por su pedigree académico nos había cogido.
Es así como éste profesor le demuestra su valía y su capacidad a la administración, cogiendo al pinochazo 4 trabajos, buscando en Internet hasta el cansancio si todos los párrafos son del alumno o copiados de Internet. Luego acusar a esos 4 alumnos, tratándolos como piratas, como exterminadores de los derechos de autor, la universidad así ve que sus nobles ideales y su excelencia académica son defendidas con furor por este profesor. Luego la burla general del alumnado, claro ladrón no es el que roba sino al que cogen….
Pregunté sin pelos en la lengua, durante mi juicio si todos los trabajos habían recibido el mismo trato minucioso, como por canes que buscaban droga en el aeropuerto. El director sonrojado, me dijo que cómo iba a dudar yo de la profesionalidad del profesor… No tengo más preguntas su señoría.
Tuve 0 en ese trabajo, luego un quizz para validar en el cual no respondí a ninguna pregunta. Milagro del asunto pasé la materia!! Sin duda los quizz los corrige con el mismo detenimiento con el que lleno el cheque de mi mátricula.
Consejo para el año próximo: Profe acuse al menos a 50 de piratería pues acusar sólo a 4 es un poco dudoso.

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